El curso de agua de las fuentes de Caldes de Malavella, que se vió afectado después del seísmo de 3,6 grados en la escala de Richter del pasado 19 de diciembre del 2010, se está recuperando.
El control realizado por la Dirección General de Mines de la Generalitat de Catalunya indica que la calidad y la temperatura siguen en sus niveles habituales, y que el curso perdido está volviendo a su normalidad.
Este acontecimiento probocó la alarma ya que para este municipio las aguas subterráneas suponen un recurso económico indispensable, tanto por sus balnearios como para la producción de agua embotellada (Vichy Catalán y Nestlé Waters).
El movimiento sísmico afectó a los acuíferos de aguas termales, hasta el punto que en las tres fuentes termales públicas (la font de la Mina, la dels Bullidors i la de Sant Narcís) dejó de salir agua o con un cabal muy inferior al habitual. Los técnicos consultados en aquel momento coincidían en decir que la única cosa que se podía hacer era esperar días o semanas para que actuara la naturaleza y ver como evolucionava la situación, ya que era imposible que los acuíferos hubieran desaparecido.
Las posibles causas de este acontecimiento, según Josep Maria Arjona (ingeniero técnico y con conocimientos de sismología), serian el posible desplazamiento de alguna placa impermeabilizadora que topinaria el acuífero o bien un desplazamiento de los canales naturales que con el tiempo hubieran recuperado su curso normal. A parte, según la regidora de Aguas, Montserrat Vehí (geóloga), se produce una situación de vasos comunicantes de los canales subterráneos que provoca trasvalsos y que causa una descompresión que hace que las fuentes queden secas.
Aún así no se conoce hasta que nivel superficial han actuado las alteraciones.
Como curiosidad decir que no es la primera vez que esas fuentes dejan de manar agua. Por culpa del seísmo ocurrido en Lisboa (Portugal) en el año 1755, las fuentes de Caldes de Malavella estuvieron un año sin brotar agua.